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DISTRIBUIDORAS DIGITALES MUSICALES

Ilustración de un grillo antropomorfo con mochila y audífonos caminando por una ciudad de insectos. Observa un espectacular con íconos de plataformas digitales como Spotify, Apple Music y YouTube, mientras sostiene un cassette con símbolo musical.
Elegir cómo distribuir tu obra también es parte del arte.

Cuando terminamos una canción, lo primero que queremos es compartirla. Que esté en Spotify, en Apple Music, en todos lados. Que se escuche. Que exista.

Pero justo en ese momento —con toda la emoción encima— aparece una duda que pocos se atreven a confesar en voz alta:

"¿Por dónde la subo? ¿Qué distribuidora uso? ¿Hay alguna diferencia real entre ellas?"

Y sí, sí hay diferencias. Y sí importa.


Este blog no es una tabla de pros y contras. Es el recorrido de alguien que está por lanzar su música y quiere hacerlo con conciencia. Tal vez, como tú.

EL PUNTO DE PARTIDA: CANCIÓN LISTA Y MUCHAS OPCIONES A ELEGIR

Ya tienes tu canción masterizada. Tal vez tienes portada, tal vez no. Tal vez sabes qué día quieres lanzarla. Pero aún no sabes cómo.


Buscas “mejor distribuidora digital” y aparece un universo: DistroKid, CD Baby, Tunecore, Amuse, LANDR, Symphonic, ONErpm… Los precios varían y las promesas también.


Empiezas a notar que no todas funcionan igual:


  • Algunas te cobran cada año, otras solo una vez.

  • Algunas se quedan con un porcentaje, otras te dan el 100%.

  • Algunas te dan herramientas para pitch y stats, otras solo distribuyen.

  • Algunas permiten lanzar gratis, pero con limitaciones.


Y ahí comienza el enredo.

¿QUÉ HACEN REALMENTE LAS DISTRIBUIDORAS DIGITALES?

Parece obvio, pero vale la pena decirlo sin tecnicismos:

Una distribuidora digital es el puente entre tu música y las plataformas. Tú subes tu canción a su sistema, y ellos la colocan en Spotify, Apple Music, Deezer, Tidal, Amazon, etc.


Algunas solo hacen eso. Otras ofrecen más: reportes, estadísticas, monetización en redes, pitch editorial, sincronización con YouTube, administración de catálogos o splits. Pero ninguna hace milagros. No te van a conseguir fans ni streams automáticos.


Lo que sí hacen es ayudarte a que tu música esté disponible, correctamente etiquetada, y que te paguen por las reproducciones.

sABER ELEGIR: ¿QUÉ TIPO DE ARTISTA ERES?

Olvídate de buscar “la mejor” como si fuera universal. Mejor pregúntate:


  • ¿Prefieres pagar una vez por lanzamiento o pagar una suscripción anual?

  • ¿Te interesa controlar todo tú solo, o quieres que alguien te acompañe más de cerca?

  • ¿Vas a lanzar mucho este año o solo uno o dos temas?

  • ¿Te importa tener soporte técnico humano o puedes con FAQs y foros?

  • ¿Vives de esto o apenas comienzas?


Dependiendo de eso, podrías preferir:


  • DistroKid: buena para quienes lanzan seguido y quieren pagar una vez al año. No tiene soporte profundo, pero es ágil.

  • CD Baby: cobra por lanzamiento, pero no tienes que pagar cada año. Soporte decente. Ideal si lanzas poco.

  • Amuse: versión gratuita limitada y versión Pro con distribución más amplia. Útil si estás empezando sin presupuesto.

  • Tunecore: buena calidad, pero algo más cara. Más orientada a proyectos con estructura.

  • Symphonic / ONErpm / Altafonte: curaduría, herramientas profesionales y soporte real. Más adecuados para proyectos en crecimiento con una visión más larga.


No se trata de cuál es “mejor”, sino cuál se alinea con lo que  necesitas ahora.

¿QUÉ NECESITAS TENER LISTO ANTES DE SUBIR TU MATERIAL?

Antes de elegir, asegúrate de tener:


  • Tu master en WAV (44.1kHz, 16 bits)

  • La portada (3000x3000 px)

  • Nombre del artista, título, género, fecha de estreno

  • Tu código ISRC (o deja que la distribuidora te lo genere)

  • Créditos claros: autores, productores, invitados

  • Tus splits definidos (quién recibe qué porcentaje de regalías)


Este paso se conecta con el blog sobre entregables técnicos para músicos independientes. Subir tu canción sin estos elementos es como lanzar una botella al mar sin mensaje dentro.

ERRORES COMUNES AL ELEGIR UNA DISTRIBUIDORA

  • Elegir solo por el precio más bajo: a veces lo barato limita tus opciones.

  • No leer bien los términos: ¿te cobran por bajar tu música después?, ¿puedes moverla a otro lado?

  • Confiar en que “ya con subirla, alguien la escuchará”: la distribución no es promoción.

  • Subir con prisa y sin plan: el algoritmo no perdona la improvisación.


Tómate un día para decidir. Pero decide bien.


Elegir entre distribuidoras digitales musicales es más que un trámite. Es un acto simbólico: tu música empieza a circular, a tener un cuerpo, a salir de ti.

Hazlo con cuidado. Con intención. Con honestidad sobre lo que hoy necesitas.

Y cuando tu canción ya esté flotando ahí afuera, sabrás que elegiste un canal que la sostiene bien.


¿LISTO PARA LANZAR?

Haz tu checklist de entregables, compara opciones y elige la distribuidora que te ayude a empezar con claridad.

 
 
 

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